PROCLAMACIÓN BIO REGIONAL MAYA
Nosotros, los Pueblos de la Biorregión Maya, unidos bajo los divinos auspicios de Hunab-Ku, el espíritu primordial, e Ixazalvoh, la madre primera, proclamamos nuestro solemne compromiso con la custodia de nuestra Madre Tierra. Inspirados por el legado de nuestros ancestros y la sabiduría natural que nos ha sido otorgada, declaramos nuestra sagrada intención de fomentar una comunidad que viva en armonía con la Naturaleza, sostenida por los principios de paz, salud y bienestar espiritual.
ARTÍCULO I - DEFINICIÓN DE LA BIO REGIÓN MAYA
La Biorregión Maya abarca 324,000 kilómetros cuadrados, extendiéndose por los Estados mexicanos de Yucatán, Quintana Roo, Campeche,partes de Tabasco, Chiapas, las
Repúblicas de Guatemala y Belice, y áreas de Honduras y El Salvador. Esta extensión, rica en biodiversidad y patrimonio bio cultural, representa la cuna de la civilización Maya, una civilización distinguida por su profunda conexión tanto con el cosmos como con el mundo natural.
ARTÍCULO II - OBJETIVOS PRINCIPALES
Nos comprometemos a proteger las vibrantes formas de vida y los recursos elementos naturales que nos proporciona nuestra Madre Tierra. Aspiramos a restaurar nuestras poblaciones animales, sus ecosistemas y toda la bio diversidad natural, así como reconocer sus derechos por su valor intrínseco a más del 50% de sus niveles históricos, reconociendo a estas criaturas y ecosistemas como parte integral de nuestro parentesco ecológico y espiritual con la tierra la Madre Tierra.
ARTÍCULO III - NORMAS DE CONDUCTA
Las normas de conducta dentro del Santuario
Biorregional Maya reflejarán nuestro profundo respeto por la Madre Tierra.
Estos estándares cumplirán o excederán las prácticas globales en el manejo de santuarios terrestres y marinos, asegurando que nuestras acciones contribuyan a la preservación, el rescate, la restauración y el enriquecimiento de nuestro medio ambiente
la Naturaleza.
ARTÍCULO IV - GOBERNANZA
Hacemos un llamamiento (llamado) a todas las comunidades de la Biorregión para que apliquen esta Proclamación en colaboración y con compromiso y seriedad, asegurando un futuro pleno y próspero para nuestros hijos e hijas, y para todas las generaciones venideras.
ARTÍCULO V - CAMBIO DE PARADIGMA
Nos comprometemos a reducir la contaminación de la tierra, el aire y el agua en más de un 50% que nuestras propias comunidades generen, a aprovechar la energía solar para más de la mitad de nuestras necesidades energéticas, a mitigar el cambio climático, a cultivar agua de lluvia y a adoptar métodos de producción de alimentos orgánicos y éticos que revivan y honren nuestras prácticas ancestrales. Estamos decididos a mejorar la gestión de nuestras tierras y aguas, dando prioridad a los hábitats de nuestra fauna y flora autóctonas.
ARTÍCULO VI - DECLARACIÓN DE REFUGIO PARA LA VIDA SILVESTRE Y MARINA
Por la presente, las aguas y tierras del Santuario Biorregional Maya son declaradas refugio para la miríada de especies que habitan en ellas, incluyendo el icónico jaguar, el venerado quetzal y el místico el tapir, el mono araña, el pecarí de labios blancos, el saraguato, la guacamaya escarlata, el tucán arcoíris, la tortuga carey, el tiburón ballena, los árboles de ceiba y zapote, entre otras veneradas especies, asegurando su protección contra las invasiones de la modernidad, el tráfico de especies y los peligros de la degradación ambiental.
ARTÍCULO VII - PROHIBICIONES
De ahora en adelante, dentro de los límites del Santuario Biorregional Maya, prohibimos estrictamente la privatización de los recursos hídricos las fuentes hídricas, el saqueo y explotación de nuestros territorios, la profanación de sitios sagrados, el uso de organismos genéticamente modificados, y la aplicación de químicos dañinos y la contaminación plástica en nuestras tierras y aguas. Estas acciones son antitéticas a nuestras leyes ancestrales y al patrimonio biocultural de nuestros pueblos mayas.
ARTÍCULO VIII - EL CAMINO COSTERO
Reconocemos a los manglares que tienen una superficie de más de un millón de hectáreas en toda la bio región y que contribuyen a la protección costera, a la filtración de agua y a la captura de carbono. También reconocemos al Arrecife Mesoamericano, la segunda barrera arrecifal más grande del mundo, como un componente crítico esencial de nuestro sistema ecológico. Extendiéndose desde Isla Contoy hasta las Islas de Bahía en Honduras, este arrecife no sólo sustenta una vasta gama de vida marina, sino que también actúa como protector natural de nuestras costas.
Esta Proclamación afirma nuestro deber de proteger, restaurar, rescatar, preservar y prosperar en unidad con nuestra Madre Tierra reconociéndola como un ente vivo y que somos parte de ella. Para que nuestras acciones reflejen la sabiduría de nuestros antepasados y las necesidades de las generaciones futuras, asegurando que la Biorregión Maya siga siendo un faro de sostenibilidad, de conexión y vitalidad espiritual para el mundo.
